Mt 17:2 «y se transfiguró delante de ellos, y resplandeció su rostro como el sol, y sus vestidos se hicieron blancos como la luz.»
La Escritura dice que Dios no es hombre para que mienta, Jesús no nos ha mentido y si en algún momento Pedro, Juan y Jacobo pensaron que Jesús era un mentiroso fue este momento de la transfiguración que se disipó toda duda, porque vieron al maestro lleno de gloria con su rostro refulgente como el sol y además vieron a su lado aparecer a Moisés y Elías, Profetas del Antiguo Testamento conversando con Jesús, indudablemente, ellos no se querían ir de ese lugar que era iluminado con un acontecimiento jamás visto por los hombres, y además escucharon la voz del Padre Celestial : Mt 17:5 «Mientras él aún hablaba, una nube de luz los cubrió; y he aquí una voz desde la nube, que decía: Este es mi Hijo amado, en quien tengo complacencia; a él oíd.»
Está experiencia fortalecería a cualquier discípulo de Jesús, sin embargo dentro de poco cuando Jesús fuera arrestado lo abandonarían pisando todos sus compromisos con el maestro, así somos los seres humanos frente a la persecución y a los peligros, a veces vendemos por cualquier miseria lo que le costó tanto a nuestro Señor.
Que dicha más grande la de los discípulos, que oyeron a Jesús y también a su Padre, lamentablemente aún así cayeron. Pero por gracia de nuestro Señor se volvieron a levantar y fueron fieles hasta morir por él.
Recuerde no servimos a un hombre sino al Dios de la creación y que murió por nosotros, seamos cada vez mejores para él cumpliendo su Palabra.
Atte. Pastor Campusano.