
26 Y mientras comían, tomó Jesús el pan, y bendijo, y lo partió, y dio a sus discípulos, y dijo: Tomad, comed; esto es mi cuerpo.
27 Y tomando la copa, y habiendo dado gracias, les dio, diciendo: Bebed de ella todos;
28 porque esto es mi sangre del nuevo pacto, que por muchos es derramada para remisión de los pecados. ( MATEO 26:26-28)
Es deber de todos los creyentes celebrar La Santa Cena cada vez que la iglesia la realice, fue un mandato que Jesús nos dejó, para recordar su muerte por nosotros y su pronta venida. Esto puede sonar como una exigencia no necesaria, pero los verdaderos discípulos de nuestro Señor están dispuestos a obedecer el mandato, aunque no entiendan todas las razones de por qué tenemos que hacerlo. Nos debe bastar que él dijo: «haced esto en memoria de mí».
La Santa Cena tiene como propósito actualizar nuestra fe y compromiso con nuestro Señor y debe ser realizada con devoción y respeto al significado de su sangre y carne.
Los discípulos, desde que Jesús se fue, empezaron a celebrar La Santa Cena en forma regular y el Apóstol Pablo en I Corintios 11 lo vuelve a recordar como algo necesario para todos los Creyentes.
Llegará el día en que como Jesús dijo, la celebremos con el Padre celestial en Su Reino.
Esperemos con fe ese hermoso día.
Atte. Pastor Campusano.